¿QUÉ ES LA ARTICULACIÓN TEMPOROMANDIBULAR O ATM?
Es una articulación móvil formada por dos huesos: la mandíbula y el hueso temporal que articulan a través de un disco o menisco cartilaginoso. Estas estructuras se unen por una cápsula reforzada por ligamentos y músculos. Las funciones de la ATM son la masticación, el habla, la deglución, la expresión facial, el gusto, etc.
RELACIÓN ENTRE LA ATM Y LA COLUMNA CERVICAL
La ATM y la región cervical están estrechamente relacionadas a nivel muscular, miofascial, a nivel de inervación y vascularización.
Cualquier patología que comprometa a la ATM, también puede generar cambios posturales en el raquis, el desplazamiento anterior de la cabeza o desnivel de los hombros.
Las alteraciones de la posición de la cabeza y del cuello provocan disfunciones en la ATM. De hecho, la mayoría de los trastornos temporomandibulares se da en personas con problemas en la columna cervical especialmente del raquis cervical alto (C0-C1) y viceversa. Además, cuanto mayor es el dolor en músculos como el trapecio y el temporal (zona de las sien), mayor es el nivel de disfunción de la mandíbula y el cuello.
Por todo ello, dada la estrecha relación entre cervicales y ATM, las patologías se deben abordar en conjunto. Además, se deberá valorar también la cavidad oral (mala oclusión, mal estado de la dentadura o falta de piezas dentales) que ocasiona alteraciones en la ATM) y la postura global del paciente para así poder tratar a la persona de una forma más global e individualizada.
SÍNTOMAS DE DISFUNCIÓN DE LA ARTICULACIÓN TEMPOROMANDIBULAR
Existen ciertos signos que pueden dar sospecha del comienzo de una patología temporomandibular, que, aunque no sean muy invalidantes, nos debe poner en alerta para identificarlos y que no se agrave el problema. Algunos de éstos pueden ser:
- Chasquidos al abrir la boca.
- Desgaste de dientes.
- Dolor de cabeza y cefaleas constantes.
- Tensión muscular en la zona.
- Despertar con la mandíbula dolorida.
Cuando el problema se agrava, los síntomas pueden ser más acentuados e incluso pueden limitar bastante a la persona en ciertos aspectos de su vida dificultando la masticación, el habla, la movilidad cervical, etc. Estos síntomas mas serios pueden ser:
- Sensación de rigidez en la musculatura de la ATM y cervical.
- Dolor irradiado a la región craneal, cervical y hombros.
- Vértigo.
- Zumbidos o pitidos en los oídos (acúfenos).
- Espasmos musculares.
- Limitación en los movimientos del cuello, sensación de tensión, dolor en la zona occipital que irradia hasta la zona interescapular, ardor, congestión en la garganta…
LA OSTEOPATÍA EN LOS TRASTORNOS DE LA ARTICULACIÓN TEMPOROMANDIBULAR
La Osteopatía cuenta con numerosas técnicas que se aplicarán según la patología y las características del dolor o limitación del paciente.
Algunas de ellas son el tratamiento de tejidos blandos, la posición lingual, movilidad articular o tratamiento cervical.
La terapia manual es una de las herramientas más conocidas y eficaces de la Osteopatía en el tratamiento de estas patologías.
Se trabaja la musculatura mandibular y las estructuras articulares por fuera y por dentro de la cavidad oral, para poder llegar a todas las estructuras, con el propósito de obtener una modulación en el dolor, incrementar el rango de movimiento, reducir o eliminar la inflamación de los tejidos blandos, inducir la relajación, facilitar el movimiento, mejorar la reparación de los tejidos y mejorar su función.
Todo ello asociado al tratamiento específico de la columna cervical, la manipulación de los segmentos bloqueados o en disfunción (cervicales altas), así como el tratamiento de las cefaleas mediante la relajación de la musculatura asociada suboccipital, temporal, ECOM y paravertebral entre otros.
CONCLUSIONES
- Se debe realizar un buen diagnóstico.
- No se deben confundir los síntomas referidos (cabeza, cuello, oído) con patologías por sí mismas.
- El tratamiento de la ATM debe tener un enfoque multidisciplinario (Osteopatía, Odontología, medicina maxilofacial, logopedia, etc.)
- Dentro del tratamiento de Osteopatía se debe incluir la posición del raquis, la columna cervical y la educación postural del paciente con respecto a su vida diaria.